una ópera egipcia_los planetas

La espectacular portada de Max [premio Nacional de cómic] nos ha hecho olvidar lo pobre que era la anterior, la de La leyenda del espacio, tras la etapa Aramburu, que con Los Planetas hizo algunos de sus mejores trabajos. La primera portada filtrada hizo saltar las alarmas y parece ser que el disco se retrasó hasta que dieron con la actual. Desde luego que la espera ha valido la pena.

Nos encontramos ante la evidente continuación de La leyenda del espacio, en un viaje hacia los orígenes de la música popular andaluza que no parece tener marcha atrás, aunque esta vez las canciones más flamencas no son lo mejor del disco, sino las más noise-pop.

Algunos echarán de menos algún single más espectacular tipo Pesadilla en el parque de atracciones o Reunión en la cumbre. Aquí el hitazo tiene forma de medio tiempo, de balada cantada a dúo con La Bien Querida, que Christina Rosenvinge rechazó para Tu labio superior [visto el resultado nos alegramos] destinada a formar parte de los grandes duetos de la historia del indie como Sometime Always de Jesus & Mary Chain y Hope Sandoval o Young Folks de Peter Bjorn and John y Victoria Bergsman. Y es que la monumental No sé como te atreves es ya un clásico de nuestro pop. Esperemos poder ver en directo alguna vez la reunión, así como la interpretación de Ana Fernández – Villaverde de La veleta, el arriesgadísimo tema electrónico, tan criticado por los más puritanos. ¿Habrá remezcla bailable? Esperemos que sí.

Pero vayamos por partes. El disco se abre con La llave de oro. Un instrumental con sonido surf que en un principio iba a cantar Enrique Morente y no pudo hacerlo por falta de tiempo, pero que les ha quedado fenomenal. Grandiosa la guitarra de Banin que consigue el mejor instrumental del grupo hasta la fecha. Una corona de estrellas, que venía sonando en sus conciertos, recuerda un poco a La verdulera, del disco anterior. Soy un pobre granaíno era el único inédito de la recopilación que apareció el año pasado, Principios básicos de astronomía. Tras la bonita Siete faroles (muy pop y muy del rollo de sus primeros discos) llegan las tres mejores así, seguidas. Entre las 2 ya citadas con La Bien Querida se encuentra la irresistible Señora de las alturas. Creciendo en intensidad y con una letra de infarto donde J habla claro sin irse por las ramas (además vocalizando fenomal) en una historia de amor/desamor de esas que te puedes aplicar a tu vida personal en un día que estés de bajón («aunque tú ya lo sabes voy a volver a decirlo, que te quiero más que a nadie, que te sigo quieriendo lo mismo»), como sucede con muchas de Los Planetas, desde Qué puedo hacer hasta Un buen día. Es de esas canciones que al principio te pueden pasar desapercibidas pero que ganan con las escuchas, como pasó con Mil millones de veces del disco Encuentros con entidades. La sucia distorsión del final muy del Where you been da paso al electropop de La veleta. Con Romance de Juan de Osuna comienza la parte más flamenca del disco, la última, que acaba con La Pastora Divina, cantada por Morente y con Los poetas, más de nueve minutos de locura, con una letra que está inspirada en la lectura coránica del Antiguo Testamento pero que habrá que buscarla por internet porque sólo se entiende «el libro del universo», que por cierto, así iba a titularse el cd hasta que llegó Max con su portada. No entiendo nada más.

En resumen: no nos encontramos con el mejor disco de Los Planetas pero no han bajado para nada el nivel, y en ocasiones es incluso superior a La leyenda del espacio. Que una banda consiga esto con su octavo disco los acerca cada vez más y más a ser el mejor grupo nacional de la historia.

http://www.myspace.com/losplanetas

por nacho badenes